Aveces vemos nuestros problemas, como lo más grande que existe en el mundo. Pensamos que no encontraremos solución. En esos momentos de aflicción no hay nada mayor que nuestro problema. ¿Esto esta mal?, digamos que no tanto, solo es la naturaleza humana.
En situaciones adversas, nos olvidamos de todo lo que hemos conseguido, y nos concentramos desmedidamente en lo que no tenemos. Nos enojamos, dejamos de ser agradecidos y cambiamos los valores.
Cuando perdemos a un ser querido, puede que tengamos ganas, de que todos sepan como nos sentimos; que el mundo se detenga por nuestra angustia y sepan de la gran perdida. Pero el mundo sigue andando, como si nada hubiese ocurrido, y eso nos duele. Esto es porque cada persona cree ser importante para lo demás. Luego entra el enojo en acción, contra aquellos que pensábamos eran amigos.
Cuando sigues pensando en el problema, más te sumerges en esa angustia que te deprime.
¿Como salir?. Es difícil, que alguien que este en situación desesperante escuche consejos. Puede que se encierre más mentalmente. Debemos querer salir de ese estado de aflicción. Debemos distraernos con música que levante el animo, mirar vídeos de bebé riendo y así seguir buscando cosas que renueven la mente de a poco, también leer para cambiar la manera de pensar. Realizar cosas para ayudar a otros, esto da satisfacción de bienestar. No es mágica la solución, pues la depresión viene a raíz de elaboración de varios pensamientos instalado en la mente. Similar a tener una mala alimentación que desmejora la salud.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario